El yoga es una práctica integrativa que puede tener un impacto en nuestras vidas a nivel físico, mental y espiritual.
A nivel físico, el yoga aumenta la fuerza, la flexibilidad y la resistencia, contribuye a la pérdida de peso, disminuye dolencias musculares e incide sobre el sistema circulatorio, digestivo, endocrino, nervioso y respiratorio.
Uno de los principales beneficios psicológicos del yoga es la disminución del estrés ya que se ha demostrado que reduce los niveles de cortisol, hormona asociada al estrés. A su vez, esta disminución de estrés está ligada a una mayor inmunidad.
En una meta-análisis de la Universidad de Duke, el Dr. Dorasiwan revisó más de un centenar de estudios sobre el yoga y concluyó que esta práctica aumenta los niveles de serotonina y melatonina, promoviendo un sueño más profundo y reparador.
Además de afectar los neurotransmisores, una investigación de la Universidad de Harvard demostró que la práctica del yoga aumenta la actividad de la telomerasa, enzima que reconstruye y alarga los telómeros (los extremos de los cromosomas) . Debido a que el envejecimiento celular se debe a la reducción de los telómeros, el aumento de su tamaño con la práctica de yoga se ha relacionado con una mayor longevidad y la prevención de enfermedades degenerativas.
A nivel cognitivo, el yoga ayuda a mejorar la concentración, coordinación, resolución de problemas, memoria y aprendizaje. Y lo mejor de todo es que es suficiente con 15 o 20 minutos diarios de esta práctica para ver resultados.
Por ultimo, cabe destacar que el yoga ayuda a llevar nuestra atención al presente, permitiéndonos desarrollar nuestra sensibilidad y capacidad de percepción para conectar con nuestra verdadera esencia y promover nuestro desarrollo.